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domingo, 29 de septiembre de 2013

Los "21s"

En un pasado ya algo lejano, en las siempre destartaladas unidades del servicio colectivo de la Ciudad de Guatemala se entregaba un boleto como comprobante de pago del pasaje. A excepción de la factura que se recibe por recargar la tarjeta SIGA (tarjeta prepago con tecnología RFID) para uso en los servicios de Transurbano y Transmetro que cubren solo una parte de la ciudad, hoy en día el resto del servicio colectivo continúa padeciendo la inseguridad y los malos tratos de pilotos y brochas (ayudantes), mientras que la entrega del boleto por concepto de pasaje es una práctica que quedó en el olvido.

Pero el propósito de esta entrada no es precisamente comentar sobre la calidad del servicio de transporte público en la ciudad más grande de Centroamérica, ya que hablar de este tema nos llevaría muchas horas y líneas. En su lugar, traeré a colación "el 21", una especie de "boleto de la buena suerte", llamado así por ser este número la suma de las cifras contenidas en el correlativo impreso en el boleto.

8 + 0 + 8 + 1 + 3 + 1 =

Según la norma de aquel entonces, un ticket 21 podía ser canjeado por un beso de una persona del sexo opuesto. Esta acción era conocida simplemente como "cambiar un 21" y generalmente correspondía al hombre la penitencia de pedir cambiarlo. Desde luego, para encontrar alguien que aceptara cambiar un 21 se necesitaba mucha más suerte que el simple hecho de contar con uno de esos boletos.

Mientras revisaba entre mis cosas viejas (ya me siento viejo solo de mencionarlo), encontré dentro de una billetera mi "colección" de esos boletos, los cuales acumulé durante mis años en la secundaria. Fue en ese período en el que empecé a hacer uso intensivo del transporte público, en virtud de lo distantes que se encontraban los establecimientos en donde estudié los niveles de básico y diversificado. Aquellos años serían también los últimos en los que los transportistas entregaban un boleto a cambio del respectivo pasaje.

La colección

Claro que parte de esta colección viene con truco: algunos de los boletos acumulados son el resultado de haber encontrado fajos engrapados de un ciento tirados en el interior del bus, posiblemente a consecuencia de algún descuido del piloto o del ayudante, y en los que de golpe lograba obtener unos cuantos de los mencionados boletos de la buena suerte.

Dos boletos de un mismo fajo

Al hecho de tener varios veintiunos se puede deducir que nunca solicité cambiar uno; sin embargo, además del significado propio del "21", los boletos de camioneta ya forman parte de un pasado en la accidentada (en todos los sentidos) historia del transporte público en nuestro país.

Algunos boletos incluían publicidad en el dorso

Y vos, ¿alguna vez pediste cambiar un 21? ¿o te pidieron cambiar un 21?

¡Saludos!

sábado, 19 de enero de 2013

Cupones del mal

Enésimo intento por regresar al mundo bloguero.

Era uno de esos fines de semana ajetreados del mes de diciembre, en los que toda la gente se vuelca a los centros comerciales a realizar las respectivas compras de Navidad y Año Nuevo. Allí, todos buscan, tal vez encuentran, se prueban, se deciden y, si la billetera da para más, compran. Debo admitir que me encontraba entre esa multitud, específicamente en ese centro comercial ubicado al centro-oeste de la capital guatemalteca, considerado por muchos el paraíso de los pokemones (no crean que soy uno de ellos, por favor); uno de esos lugares en donde vemos a algunos ejemplares de la clase media urbana chapina presumir de gastar a manos llenas el dinero que tal vez no tienen, gracias a la “ayuda” de cierto pedazo de plástico sobre el cual comentaré en el desarrollo de esta publicación.

Posterior a realizar mis compras en dos de los almacenes de ropa del aludido recinto, recibí en cada uno de ellos un cupón que me invitaba a dejar mis datos personales para participar en sorteos en los que podría ser el afortunado ganador de hasta un vehículo compacto del año. Luego de recibir el primer cupón, recordé un caso de hace varios años en el que pude atar cabos entre uno que deposité en una cadena de supermercados y una llamada telefónica que recibí días después, la cual no tenía relación con el sorteo pero en la que preguntaron directamente por mi persona.

Considerando que en sorteos y promociones la suerte no es precisamente uno de mis puntos fuertes (estoy salado, pues), y sumando a esto el antecedente mencionado, decidí dejar siempre ambos cupones en sus buzones con mis datos personales (quién quita y me gano el carro), pero usando para la ocasión un “truco” relativamente sencillo: consigné en ellos dos números de teléfono celular que tengo como secundarios (¡gracias, teléfono Dual-SIM!), uno de los cuales sólo poseen algunos familiares y amigos muy cercanos a sabiendas de que se trata de un número secundario, razón por la que puedo darme el lujo de rechazar en él llamadas que proceden de números desconocidos o “sospechosos”, sin demasiada preocupación.

Apenas habían pasado dos semanas desde el día en que deposité los cupones, cuando comencé a recibir llamadas de un número “sospechoso” en ambas líneas. Valiéndome de la conexión a Internet más cercana, busqué “[número-de-teléfono-sospechoso] Guatemala” para que el buscador en un instante me dijera que el número de la llamada correspondía al PBX de una emisora de tarjetas de crédito (sí, emisora de ese pedazo de plástico que mencioné en el primer párrafo). Durante una semana intentaron comunicarse conmigo a ambas líneas, sin éxito desde luego, ya que desde la primera vez opté por bloquear el número y las llamadas eran rechazadas y registradas por el teléfono de manera silenciosa (¡gracias de nuevo, teléfono Dual-SIM! xD).




No es la primera vez que expreso mi malestar por la estrategia utilizada por estas entidades para la caza captación de potenciales víctimas clientes, estrategia que al final se traduce en la llamada “venta agresiva”, utilizada también por empresas que ofrecen desde paquetes vacacionales (bajo el dudoso esquema de “tiempos compartidos”) hasta cursos de inglés, y que deja en la mayoría de ocasiones al consumidor en una posición de clara desventaja.

En virtud de lo anterior, y a manera de conclusión, toca reflexionar sobre los siguientes puntos:


  1. Para las empresas que hacen sorteos bajo la modalidad de cupones: En el caso descrito anteriormente yo les doy un “jalón de orejas”, ya que dejan una imagen negativa por el uso “adicional” que hacen de los datos personales. Sería bueno que dejen claro, en alguna parte del cupón, que los datos consignados pueden ser compartidos con terceros (a manera de una pequeña “política de privacidad”), aunque de todas maneras uno tenga la opción de no llenarlo ni depositarlo.
  2. Para uno como consumidor: Al momento de llenar cupones, es bueno consignar un número de teléfono secundario y/o una dirección de correo electrónico secundaria o desechable (Gmail, Yahoo! y hasta Hotmail Outlook permiten crear direcciones de correo desechables para reducir las posibilidades de que la cuenta principal sea “bombardeada” por spam).
  3. Para uno como consumidor: No dejarse llevar por las estrategias de venta agresiva (apelar al “demasiado bueno para ser cierto”, “no hay nada gratis en esta vida”, “las cosas no caen del cielo” e también al “estoy salado”); investigar con familiares, amigos, conocidos y en Internet (principalmente en redes sociales y en foros) sobre la calidad y las condiciones de servicio de estas empresas; tomarse el tiempo para comparar con opciones de la competencia y, desde luego, analizar si realmente tenemos necesidad del servicio en cuestión.

En resumen, como consumidores nos corresponde la tarea de estar bien informados, para que después no digamos lo mismo que el amigo Community Manager de la misma entidad que intentó ofrecerme el mencionado pedazo de plástico (#trollface).

¡Saludos!

lunes, 28 de febrero de 2011

Prohibido medir más de 1.50

Me llama la atención la chuchada el ingenio de muchos transportistas que, en su afán de llevar a los pasajeros como sardinas optimizar la capacidad de sus unidades, reducen el espacio entre asientos hasta el punto en que prácticamente solo aquel que mida menos de 1.50 m puede irse bien sentado. Dicho de otra forma, los canillones se fregaron tienen que irse de lado o de cuclillas, como en la siguiente foto (que por cierto, también muestra el estado de los asientos).


Un autobús promedio de 11 filas termina con 15 como por arte de magia, mientras que un microbús de 4 filas termina con una fila más.

domingo, 17 de enero de 2010

Viaje en Tuk-Tuk

Como todos los años, paso las fiestas de fin de año en mi muy querido El Jícaro, en el departamento de El Progreso. Durante mi estadía allá no pude aguantarme las ganas de agarrar mi cámara para grabar un pequeño paseo que hice en mototaxi, vehículo conocido popularmente como Tuk-Tuk. Este medio de transporte es muy habitual para movilizarse tanto dentro del municipio como a otras poblaciones cercanas, debido a su bajo coste y a su utilidad para recorridos cortos.

Acá les dejo el vídeo en mención.





¡Saludos!

viernes, 30 de enero de 2009

“Think before you post”

Desde hace aproximadamente un año se ha estado llevando a cabo en los Estados Unidos la campaña publicitaria Think before you post (Piénsalo antes de publicar), que promueve el uso racional de los contenidos que los usuarios publican en Internet, especialmente en fotologs y en sitios de redes sociales. Esta campaña es promovida por el National Center for Missing & Exploited Children (Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados) y el Ad Council (Consejo de la Publicidad), dos organizaciones norteamericanas sin ánimo de lucro, y cuyo objetivo es lograr que los usuarios de Internet tengan una idea de las implicaciones que puede llegar a tener la publicación de cierto tipo de fotografías y otros contenidos en el ciberespacio, pudiendo llegar a ser utilizados de manera inapropiada por terceros, ya sean personas que se encuentran cerca de nuestro entorno, desconocidos o inclusive criminales.

Por ejemplo, en sitios de redes sociales como Facebook, MySpace y Hi5, seguramente nos hemos topado en más de alguna ocasión con perfiles que contienen fotografías poco o nada apropiadas, y que por lo general incumplen con las condiciones de servicio de dichos sitios. Si bien es cierto que algunos de estos perfiles son creados y mantenidos por spambots, existen otros cuyo contenido es publicado por sus mismos propietarios y en donde, además de fotografías, agregan otro tipo de información que puede llegar a ser caldo de cultivo para organizaciones criminales como las dedicadas a la trata de personas. Otro caso que se relaciona bastante con el uso inapropiado de la tecnología y el Internet es el de las fotografías y vídeos en donde aparecen personas en situaciones comprometedoras, y que han sido subidas a la red por terceros sin el consentimiento de quien o quienes aparecen en ellas, hecho en el que han caído incluso personalidades del espectáculo internacional como la cantante mexico-española Belinda o las actrices norteamericanas Vanessa Hudgens y Miley Cyrus.



Siguiendo este contexto, en Guatemala se ha empezado a notar el auge que está cobrando una situación en la que considero también puede verse comprometida la seguridad, la integridad y hasta la reputación de una persona: resulta que en ciertas emisoras de radio ahora dedican espacios para que los oyentes dejen sus nombres y números de teléfono al aire con el supuesto fin de conocer amigos, amigas, o “algo más”; sin saber (o sin querer saber) que esto puede ser aprovechado posteriormente por criminales para cometer toda clase de delitos.


Extracto de audio de una emisora que dedica un espacio para conectar personas por teléfono.



Para el caso de Internet, afortunadamente en nuestro país la delincuencia juega un papel todavía insignificante en cuanto al uso indebido de la información publicada por los usuarios. Sin embargo, como internautas debemos anticiparnos a los hechos poniendo en práctica al menos una de las siguientes recomendaciones:

  • Evitar poner a disposición en la red contenido que terceros puedan utilizar en nuestra contra (fotografías o información sensible como dirección de correo electrónico, número de teléfono o dirección física).
  • Denunciar los abusos que otros usuarios cometen en los sitios de redes sociales (por lo general los sitios ofrecen una sección de “Denunciar abuso”).
  • De ser posible, realizar ajustes de privacidad en los sitios de redes sociales o de publicación de fotologs, esto con el fin de que únicamente los usuarios o “amigos” que seleccionemos puedan ver cierta información nuestra.
  • Evitar agregar a gente desconocida a la lista de amigos de nuestro perfil (personalmente rechazo las invitaciones provenientes de personas que no conozco).
  • Y lo más importante: “Piensa antes de publicar” (o dicho de otra forma: “usar el sentido común”).
Para terminar, les dejo un vídeo de la campaña Think before you post.


Saludos.

jueves, 2 de octubre de 2008

Vuelven a funcionar las máquinas electoreras

Antes que todo les pido disculpas por hablar otra vez de política, por no ser ese el objetivo principal de este blog, y porque hablar de ello suele ser sinónimo de opiniones encontradas, calurosos debates, ideologías opuestas, “meterse en la boca del lobo”, entre otras cosas. Por el gran cariño que le tengo a mi país, y viendo la situación en que se encuentra actualmente, tanto a nivel político como social, me veo en la casi penosa necesidad de emitir mi opinión al respecto, refiriéndome en esta ocasión al panorama que empieza a tomar forma con mira a las elecciones del año 2011. Ni siquiera se ha cumplido un año del actual gobierno y ya se observa a ciertos personajes echando a andar sus máquinas electoreras, conocidas también con el eufemismo de “partidos políticos”. Como bien lo menciona el artículo “Políticos empiezan a reunir fuerzas”, publicado por Prensa Libre (14/09/2008, páginas 4 y 5), la corrupción galopante en el Congreso y la falta de institucionalidad de las agrupaciones políticas ha motivado a algunas figuras, muchas de ellas muy conocidas, a comenzar por juntar gente, buscar alianzas y hacer toda clase de piruetas con el fin de prepararse para la próxima campaña electoral, que no debiera empezar sino hasta mediados de 2011.

Pero no es precisamente sobre el contenido del artículo lo que pienso discutir, ya que este es muy claro y completo, sino del hecho de poder comprobar con mis propios ojos de que en verdad las referidas máquinas electoreras ya se han empezado a aceitar. Me encontraba ocupando parte de mi tiempo de ocio en Internet en revisar mi perfil de Facebook, cuando vi que en la parte lateral derecha del sitio había un anuncio que decía: “Los Buenos Somos Más (...). Guatemala va a cambiar, Guatemala va a ser diferente”. Hice clic en él y me dirigió a un perfil político, siempre en Facebook, en cuyo primer plano aparece el rostro de “niño que no rompe un plato” de Alejandro Giammattei, y abajo una descripción del movimiento: “una formación política de Centro (...), con carácter progresista al servicio de los intereses de Guatemala (...)”.

Volviendo atrás a mi perfil, me fijé que en la parte inferior del anuncio había dos enlaces en los que podía aprobar o reprobar el anuncio según mi opinión. No dudé ni un instante en reprobarlo y calificarlo de engañoso. ¿Por qué? No es por echarle tierra a Giammattei, pero hay que recordar que él decidió, después de que la Gana se dividiera en dos, quedarse en el bando donde lamentablemente están los miembros que tanto yo como cualquier persona con una pizca de sentido común no los llamaría “buenos”, como por ejemplo los tres diputados que viajaron a París con dinero del pueblo, valiéndose de una invitación falsa, supuestamente emitida por una institución europea (Waldemar Barillas, Virna López y Jaime Martínez), y ni hablar de la “imagen” de Jorge Méndez Herbruger; suficiente información sobre este y otros asuntos ha salido ya en reconocidos medios de comunicación de nuestro país. Este antecedente se contradice con los valores que, según se menciona también en el perfil, los inspiran: “la libertad, la democracia, la tolerancia, la ética, la caridad y el humanismo cristiano”. Y para terminarla de amolar, a dos semanas de haber descalificado el anuncio, en Facebook me vuelven a mostrar propaganda de este movimiento político, lo cual me molestó y que por lo mismo volví a descalificar.



La política en nuestro país sigue estando patas arriba, sin que se mire por dónde empezar a cambiar; tal parece que en 2011 vamos a volver a ver papeletas similares a un cartón de lotería, pero bueno, los dejo con esta que es mi muy humilde opinión (la opinión de un ciudadano “de a pie”) y con algunos pantallazos del ardid publicitario, no quiero extenderme más con este tema, no vaya a ser que se me aparezcan por allí los “dinosaurios de la opresión”.

Como bien dice el refrán: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.

jueves, 28 de agosto de 2008

El Jícaro arriba a su centenario

Desde que le di vida a este espacio no había escrito sobre mi linda Guatemala más que una vez, cuando comenté sobre sus microclimas. Como bien lo sugiere el título, el tema central en esta oportunidad es uno de sus municipios, El Jícaro para ser preciso, municipio de donde soy originario, al menos en el papel (la verdad nací en la capital, pero mi nacimiento está registrado allá, por lo que en cierta parte me considero jicareño). Este municipio, que pertenece al departamento de El Progreso, está de fiesta, por arribar este 31 de agosto a sus cien años de existencia.

La Ceiba, ubicada frente a la Parroquia La Sagrada Familia, en el barrio Buenos Aires

El Jícaro se encuentra a cien kilómetros de la ciudad de Guatemala, siguiendo la carretera CA-9, más conocida como ruta al Atlántico. Al llegar al kilómetro 99 se encuentra un cruce, en el lugar conocido como El Palmo, desde el cual se llega al municipio, este acceso se encuentra asfaltado en su totalidad. Está ubicado en lo que se conoce como valle del Motagua, por lo que a su vez se localiza en las riberas de este río, el más caudaloso del país. Su clima es cálido seco, como el típico clima del oriente de nuestro país. Su economía está basada en la agricultura y en la ganadería; sobresale su producción de tomate, papaya, zapote, mango, coco, cítricos y otros frutos de clima cálido, además de la crianza de ganado vacuno y porcino. Por otro lado, es conocida su producción de sombreros y otros artículos de palma (tanto en El Jícaro como en otros municipios del oriente de Guatemala es habitual el uso del sombrero).


Su nombre se deriva del fruto de un árbol, hace mucho tiempo muy común, llamado jícara, que contaba con una cáscara muy dura, utilizada para elaborar utensilios.

Entre los personajes ilustres de este municipio destaca José María Orellana (1872-1926), Presidente de la República en el período 1921 a 1926, y en cuyo gobierno se creó la moneda que tiene vigencia hasta nuestros días, el quetzal.


Su feria titular se celebra del 22 al 28 de diciembre, en honor a la Sagrada Familia, en la que se celebran actividades culturales, religiosas y deportivas, así como el jaripeo y las carreras de cintas, tradicionales en las ferias del oriente guatemalteco.

Con motivo de su centenario, durante este mes se ha estado llevando a cabo una serie de actividades, las cuales cierran con broche de oro este fin de semana, por lo que está abierta la invitación para todos, en especial para el "jicareño ausente" (forma con la que los jicareños llaman a sus paisanos que viven fuera del municipio).

¡Saludos y éxitos!

martes, 26 de febrero de 2008

¡Qué abuso!

Una conocida me comentaba que desde hace aproximadamente dos semanas ha estado recibiendo en su teléfono, casi a diario, llamadas de la emisora de tarjetas de crédito del Banco Uno. El motivo: los ejecutivos de atención al cliente de esta firma le informaban de la aprobación de una tarjeta de crédito, seguida de una larga lista de supuestos beneficios que recibiría al aceptar la dichosa tarjeta. Esto no sería malo de no ser que la persona en cuestión en ningún momento solicitó tal tarjeta, además de que en algunas ocasiones recibía las llamadas a horas inapropiadas. Como si no fuera suficiente, ya son varias ocasiones en que ella les ha rechazado la tarjeta, y de acuerdo con lo que me dijo, desde esta empresa la siguen llamando y algunas veces han llegado a preguntarle el motivo del rechazo en un tono un tanto abusivo.

Esta entidad que aparenta ser seria no debería seguir utilizando esta forma tan burda de ganar mercado, al ignorarse los mecanismos que utilizan allí para conseguir los datos personales de sus potenciales clientes y el uso adicional que le dan a este tipo de información. Además, se trata de un grupo que acaba de ser adquirido por el Citigroup, uno de los grupos bancarios más grandes del mundo.

Y para terminar, pongo a disposición el número desde donde se han recibido las molestas llamadas: 2223-0065.

Saludos.

sábado, 26 de enero de 2008

Guatemala y sus microclimas

En esta tribuna virtual también hay espacio para escribir sobre mi bella Guatemala.

Para empezar, Guatemala es un país que cuenta con una extensión territorial de 108,889 km2, distribuidos en 22 departamentos, éstos a su vez se dividen en municipios que en total suman 332 (hasta la fecha).

Guatemala es prácticamente montañosa, con excepción del departamento de Petén, ubicado al norte, una zona boscosa y cuyo suelo es del tipo cárstico, este tipo de suelo es habitual en toda la península de Yucatán (no está de más decir que la región de Petén ya se considera dentro de dicha península).

Una de las características del País de la Eterna Primavera es la variedad de microclimas, que son climas que pueden variar en pequeñas regiones. El ejemplo más representativo está en el departamento de Alta Verapaz, que tuve la dicha de conocer hace algunos años por iniciativa de mi padre que estuvo un tiempo trabajando por allá. En este departamento (que a mi parecer es uno de los más bellos del país) es posible pasar del frío nuboso de Tactic hasta el cálido de Lanquín, Panzós, Tucurú y La Tinta, pasando por el templado húmedo de la cabecera departamental, Cobán, con su característico chipi-chipi, una llovizna suave y constante.

Templo II de Tikal, ubicado en pleno corazón de la selva petenera.

También se distinguen algunas grandes regiones por su clima: el predominantemente frío del altiplano occidental (Huehuetenango, Quiché, Totonicapán, Sololá, San Marcos, Quetzaltenango y Chimaltenango), el cálido húmedo de la costa sur (Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu, Santa Rosa, Jutiapa, el sur de San Marcos y el sur de Quetzaltenango), además de la costa atlántica (Izabal); el cálido seco del oriente (El Progreso, Zacapa, Jalapa y Chiquimula), región en donde es posible ver plantas desérticas como nopales y tunas; y el templado de la meseta central, donde se ubican los departamentos de Guatemala y Sacatepéquez.

Región montañosa de Alta Verapaz

Por si se van a “echar un colaso” (localismo chapín que significa “darse un paseo”) por Guate, no se confíen en llevar únicamente gruesos abrigos o sólo ropa para clima cálido, y así puedan disfrutar en su totalidad de las tantas maravillas que Guatemala tiene para ofrecerles.

Saludos y éxitos a todos.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Cuidado con Matraquita, Repollito, Pistolita y Cuchillito

La semana anterior, viendo los noticieros locales, me sorprendió ver el momento en que la Policía llevaba capturados a dos individuos de origen hondureño, vestidos como payasos, acusados de aprovecharse de su vestimenta y de la emoción del “espectáculo” que presentaban en las unidades del servicio colectivo para despojar de sus pertenencias a los pasajeros. Y lo mejor de todo: este par de sujetos se identificaban en los buses con los sugestivos sobrenombres de Pistolita y Cuchillito.

Debido a factores como la pobreza o la falta de oportunidades, considero comprensible que haya muchos que por necesidad se ven obligados a abordar los buses solicitando nuestra colaboración a cambio de algún dulce o de unos cuantos chistes (aunque sean de esos “sangrones” o “pierdeamigos”), sin embargo, después de conocer el caso de Pistolita y Cuchillito, a uno como pasajero no le queda más que tomar precauciones adicionales y encomendarse al Creador cuando se suban vendedores, mendigos, payasos e incluso predicadores; ya que no se sabe si lo hacen por necesidad y de buena fe o si se están valiendo de su fachada para cometer algún hecho delictivo. Lamentablemente, como se dice: “Pagan justos por pecadores”.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Carlos Peña: El concierto de… ¿nosotros?

Como guatemalteco me ha dado mucha alegría saber que un compatriota logró una hazaña que tal vez pocos imaginaban que lograría: haber resultado ganador de un concurso de talentos a nivel latinoamericano, destronando a países históricamente más poderosos en muchos sentidos que Guatemala como Argentina, Venezuela, Colombia e inclusive México, que cuenta con una población casi diez veces mayor que la de nuestro país. Pero dos meses después de aquel día en que toda Guatemala salió a las calles a celebrar el triunfo de nuestro compatriota se anuncia su primer recital en nuestro país, programado para el 12 de diciembre en el diamante Enrique “Trapo” Torrebiarte, con un coste de Q400 y Q100 según la localidad (Q400 son aproximadamente US$50)… ¿Q400? Es un precio algo elevadito para un artista que, si bien a mi parecer tiene talento, su carrera es aún incipiente, además de ser un desaire para la mayoría de los guatemaltecos que llegaron al punto de “sacrificar al cerdito” o de vender comida con el fin de comprar tarjetas de teléfono celular para apoyarlo cuando estuvo compitiendo, no digamos de las personas que pasaron horas de sol esperando su paso en la caravana que recorrió los principales puntos de la ciudad capital. Por otro lado, considero que el lugar donde se va a realizar el concierto está en un sector poco céntrico, por encontrarse ubicado en el extremo norte de la capital, además de no existir la experiencia necesaria en este lugar para este tipo de eventos, comparado con otros escenarios como el estadio Mateo Flores, el del Ejército, o bien el Domo de la zona 13. Como no puedo criticar a los que piensan asistir al concierto, sólo me queda esperar que no existan inconvenientes producto de una eventual mala organización, como sucedió con el único concierto que realizó Ricardo Arjona en su propio país (y el mío) como parte de su gira Adentro, cuyos precios de las entradas estuvieron por las nubes y que fue un desastre en cuanto al montaje, según comentarios hechos por muchos asistentes.