Una vez más estoy de vuelta, después de haber dejado un tiempo abandonado este espacio.
En esta entrada haré una comparación, desde mi propio punto de vista, sobre cómo eran las cosas hace 10 años y cómo son ahora.
Hace 10 años empezaba mi transición de la niñez a la adolescencia, y como es natural, los consecuentes cambios a nivel físico y emocional.
Hace 10 años, a un niño se le consideraba “listo” o “tonto”, “tranquilo” o “inquieto”; hoy existen los niños autistas, los hiperactivos, los niños con problemas de aprendizaje o con trastornos del lenguaje, distintivos que ahora son posibles gracias a los avances de las ciencias psicológicas y que han permitido encontrar fórmulas para que los infantes desarrollen su etapa sin mayores dificultades.
Hace 10 años, la denominada pantalla chica era más humana, más entretenida, con mayor sentido; hoy lamentablemente la programación de TV está saturada (en especial la de los canales dizque de música) de reality shows de individuos destapando sus miserias existenciales, de personajes que gustan de manifestar ante el mundo su escasa inteligencia o sus paupérrimos o nulos valores morales.
Hace 10 años, la lucha de géneros musicales estaba entre el pop y el rock, hoy ésta ha prácticamente desaparecido para dar lugar a una batalla campal entre otros géneros y subgéneros como el heavy metal, el punk, el hip-hop y, por supuesto, el reggaeton; cada uno con sus seguidores y detractores.
Hace 10 años, sólo los ricos y famosos disponían de teléfono móvil, recuerdo que en ese entonces la gran maravilla era el Motorola StarTac, con tecnología analógica, que no disponía de los servicios de identificación de llamadas, mensajes de texto, conferencia tripartita, transferencia de llamada y un largo etcétera; la telefonía celular en Guatemala estaba en manos de una sola compañía, que ofrecía tanto las llamadas como los teléfonos a precios exorbitantes. Hoy, “hasta el chiclero” tiene teléfono celular, una buena parte de los aparatos cuenta con pantalla a color, acceso al Internet móvil (WAP) y los servicios que he mencionado anteriormente, algunos disponen de funciones tales como reproductor de medios digitales, cámara fotográfica o de vídeo, manejo de agenda y otro largo etcétera. Además, en la actualidad son tres las compañías que ofrecen el servicio de telefonía móvil en nuestro país, un mercado que se ha vuelto bastante competitivo.
Así pues, puedo seguir para largo comparando la situación actual con la de hace 10 años, pero ya no sigo para no abrumarlos, ciertamente en algunas cosas hemos avanzado pero en otras hemos ido “como el cangrejo”.
¡Saludos y éxitos!
En esta entrada haré una comparación, desde mi propio punto de vista, sobre cómo eran las cosas hace 10 años y cómo son ahora.
Hace 10 años empezaba mi transición de la niñez a la adolescencia, y como es natural, los consecuentes cambios a nivel físico y emocional.
Hace 10 años, a un niño se le consideraba “listo” o “tonto”, “tranquilo” o “inquieto”; hoy existen los niños autistas, los hiperactivos, los niños con problemas de aprendizaje o con trastornos del lenguaje, distintivos que ahora son posibles gracias a los avances de las ciencias psicológicas y que han permitido encontrar fórmulas para que los infantes desarrollen su etapa sin mayores dificultades.
Hace 10 años, la denominada pantalla chica era más humana, más entretenida, con mayor sentido; hoy lamentablemente la programación de TV está saturada (en especial la de los canales dizque de música) de reality shows de individuos destapando sus miserias existenciales, de personajes que gustan de manifestar ante el mundo su escasa inteligencia o sus paupérrimos o nulos valores morales.
Hace 10 años, la lucha de géneros musicales estaba entre el pop y el rock, hoy ésta ha prácticamente desaparecido para dar lugar a una batalla campal entre otros géneros y subgéneros como el heavy metal, el punk, el hip-hop y, por supuesto, el reggaeton; cada uno con sus seguidores y detractores.
Hace 10 años, sólo los ricos y famosos disponían de teléfono móvil, recuerdo que en ese entonces la gran maravilla era el Motorola StarTac, con tecnología analógica, que no disponía de los servicios de identificación de llamadas, mensajes de texto, conferencia tripartita, transferencia de llamada y un largo etcétera; la telefonía celular en Guatemala estaba en manos de una sola compañía, que ofrecía tanto las llamadas como los teléfonos a precios exorbitantes. Hoy, “hasta el chiclero” tiene teléfono celular, una buena parte de los aparatos cuenta con pantalla a color, acceso al Internet móvil (WAP) y los servicios que he mencionado anteriormente, algunos disponen de funciones tales como reproductor de medios digitales, cámara fotográfica o de vídeo, manejo de agenda y otro largo etcétera. Además, en la actualidad son tres las compañías que ofrecen el servicio de telefonía móvil en nuestro país, un mercado que se ha vuelto bastante competitivo.
Así pues, puedo seguir para largo comparando la situación actual con la de hace 10 años, pero ya no sigo para no abrumarlos, ciertamente en algunas cosas hemos avanzado pero en otras hemos ido “como el cangrejo”.
¡Saludos y éxitos!