jueves, 28 de agosto de 2008

El Jícaro arriba a su centenario

Desde que le di vida a este espacio no había escrito sobre mi linda Guatemala más que una vez, cuando comenté sobre sus microclimas. Como bien lo sugiere el título, el tema central en esta oportunidad es uno de sus municipios, El Jícaro para ser preciso, municipio de donde soy originario, al menos en el papel (la verdad nací en la capital, pero mi nacimiento está registrado allá, por lo que en cierta parte me considero jicareño). Este municipio, que pertenece al departamento de El Progreso, está de fiesta, por arribar este 31 de agosto a sus cien años de existencia.

La Ceiba, ubicada frente a la Parroquia La Sagrada Familia, en el barrio Buenos Aires

El Jícaro se encuentra a cien kilómetros de la ciudad de Guatemala, siguiendo la carretera CA-9, más conocida como ruta al Atlántico. Al llegar al kilómetro 99 se encuentra un cruce, en el lugar conocido como El Palmo, desde el cual se llega al municipio, este acceso se encuentra asfaltado en su totalidad. Está ubicado en lo que se conoce como valle del Motagua, por lo que a su vez se localiza en las riberas de este río, el más caudaloso del país. Su clima es cálido seco, como el típico clima del oriente de nuestro país. Su economía está basada en la agricultura y en la ganadería; sobresale su producción de tomate, papaya, zapote, mango, coco, cítricos y otros frutos de clima cálido, además de la crianza de ganado vacuno y porcino. Por otro lado, es conocida su producción de sombreros y otros artículos de palma (tanto en El Jícaro como en otros municipios del oriente de Guatemala es habitual el uso del sombrero).


Su nombre se deriva del fruto de un árbol, hace mucho tiempo muy común, llamado jícara, que contaba con una cáscara muy dura, utilizada para elaborar utensilios.

Entre los personajes ilustres de este municipio destaca José María Orellana (1872-1926), Presidente de la República en el período 1921 a 1926, y en cuyo gobierno se creó la moneda que tiene vigencia hasta nuestros días, el quetzal.


Su feria titular se celebra del 22 al 28 de diciembre, en honor a la Sagrada Familia, en la que se celebran actividades culturales, religiosas y deportivas, así como el jaripeo y las carreras de cintas, tradicionales en las ferias del oriente guatemalteco.

Con motivo de su centenario, durante este mes se ha estado llevando a cabo una serie de actividades, las cuales cierran con broche de oro este fin de semana, por lo que está abierta la invitación para todos, en especial para el "jicareño ausente" (forma con la que los jicareños llaman a sus paisanos que viven fuera del municipio).

¡Saludos y éxitos!

1 comentario:

BYRON dijo...

QUE LINDO EL REPORTAJE DE NUESTRO QUERIDO CENTENARIO JICARO, O LA SUIZA DE ORIENTE DE GUATEMALA.